Enfoque Quinta S “Disciplina”: La ciencia de cómo trabajan los hábitos

08 Oct Enfoque Quinta S “Disciplina”: La ciencia de cómo trabajan los hábitos

El proceso de construir un hábito puede dividirse en cuatro simples pasos: señal, anhelo, respuesta y recompensa. Cuando analizamos estas etapas por separado podemos entender que es un hábito, cómo trabaja y como se puede mejorar. Este patrón de cuatro pasos es la columna vertebral de cada hábito y tu cerebro pasa por estas etapas siguiendo el mismo orden en todas las ocasiones que se pone en práctica.

1. La señal desencadena el proceso en tu cerebro que inicia determinada conducta. Se trata de una pequeña porción de información que anticipa la recompensa.
2. Los anhelos son la fuerza motivacional de cada hábito: “Sin anhelar un cambio, no tendríamos razones para actuar”
3. La rutina o respuesta es justamente el hábito que realizas, el cual puede ser un pensamiento o una acción. Resulta obvio, pero un hábito es posible si eres capaz de realizarlo.
4. La recompensa puede tener dos propósitos: Satisfacer los anhelos y aprender lo que vale la pena recordar en el futuro.

Si una conducta resulta insuficiente en cualquiera de las cuatro etapas, no se convertirá en un hábito. Si eliminas la señal, tu hábito nunca va a comenzar. Si reduces el anhelo, no encontrarás suficiente motivación para actuar. Si la conducta es demasiado difícil, no serás capaz de realizarla. Sin los primeros tres pasos, la conducta no ocurrirá. Sin el cuarto paso, la conducta no se repetirá.

En general los dos primeros dos pasos se pueden dividir en dos fases: Fase problema y Fase solución. Ejemplificación:

Habito creado: El acto de tomar tu teléfono para ver el contenido de tus mensajes queda asociado con la notificación que este emite.

¡Ahora que lo sabes, identifica estas conductas, elimina malos hábitos y crea buenos!