15 Nov Ojos en la tarea
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Piénselo por un momento…
¿Alguna vez se ha tropezado por no ver un objeto en el suelo?
¿O se ha golpeado la cabeza por no levantar la mirada antes de incorporarse?
¿Quizás se ha chocado con algo o alguien por andar distraído al caminar?
Seguramente a todos nos ha pasado alguna vez.
Y aunque parezcan accidentes menores, todas esas situaciones ocurren por lo mismo: por no tener los ojos en la tarea.
¿Qué significa “ojos no en la tarea”?
Tener “los ojos no en la tarea” significa no observar hacia dónde nos movemos, no ver lo que viene hacia nosotros, o no prestar atención al entorno donde estamos trabajando o caminando.
También incluye no observar dónde ponemos los pies o las manos, o no revisar una herramienta o equipo antes de usarlo.
En resumen, es hacer las cosas sin mirar con atención, confiando en la rutina o en el “yo me la sé”.
Este estado es muy común, y puede parecer inofensivo… pero es uno de los principales causantes de golpes, caídas, tropiezos y accidentes laborales.
Diferencia entre ver y observar
Ahora bien, no es lo mismo ver que observar. Ver es simplemente que nuestros ojos captan algo, pero observar implica analizar, entender y anticipar lo que puede pasar
Exacto, ver es automático, pero observar requiere atención consciente. Y esa atención es la que nos mantiene seguros y alertas.
¿Alguien puede compartir un ejemplo de lo que podría pasar fuera del trabajo por no tener los ojos en la tarea?
(Permite respuestas: chocar con alguien al usar el celular, tropezar en la calle, no ver un escalón, etc.)
Muy bien, esas son situaciones comunes… y todas ocurren porque no estamos observando activamente nuestro entorno.
Sugerencias para mejorar los “ojos en la tarea”
Para mantenernos seguros, debemos trabajar en el hábito de mantener los ojos en la tarea.
Aquí van algunas recomendaciones prácticas:
a) Tener “los ojos en la tarea” es un comportamiento crítico para evitar lesiones. Sin importar la experiencia que tengamos, ver con atención salva vidas.
b) Muchos peligros son fáciles de identificar con solo dar un vistazo rápido. Nunca asumamos que el área está segura; miremos siempre.
c) Antes de usar una herramienta, equipo o vehículo, inspecciónelo. Y no solo eso: también observe el entorno, busque derrames, objetos en el piso, cables o mangueras. Hacer esto de forma automática puede prevenir muchos accidentes.
d) Una regla simple: “Si no lo ve… no siga.” Si algo le impide ver claramente, deténgase, acomódese y asegúrese antes de continuar.
e) Si tiene que mirar hacia otro lado, devuelva la vista al camino rápidamente. Es fácil distraerse, pero el hábito de regresar la mirada puede marcar la diferencia.
f) Desarrolle el hábito de buscar activamente los peligros que puedan causar un tropiezo o resbalón. Recuerde: los ojos atentos son el primer paso para un cuerpo seguro.
“Ver no es suficiente… hay que observar.” Mantengamos nuestros ojos en la tarea, porque un segundo de distracción puede convertirse en una lesión que pudo haberse evitado.



