04 Abr Parasitósis
Descarga este ArtículoSon infecciones causadas por “gusanos” que afectan al intestino delgado o grueso. Considerada un problema de salud pública, relacionada con la falta de saneamiento básico (agua contaminada), malos hábitos de higiene y por el consumo de alimentos contaminados.
Síntomas comunes: diarrea, debilidad, dolor abdominal, náusea y vómitos, anemia, pérdida de apetito, exceso de producción de gases y anorexia (perdida del apetito).
Los más comunes son los helmintos y protozoarios.
Áscaris:
popularmente llamado lombriz, se aloja en el intestino y puede llegar al pulmón. En casos de infestación grave hay salida de gusanos por la boca o por la nariz del huésped o pueden llegar a producir obstrucción intestinal, es una urgencia quirúrgica.
Anquilostomiasis:
entran por la piel de las personas y llega al intestino, también puede llegar al pulmón. Causar irritación intestinal y succiona sangre, provocando diarrea y anemia.
Enterobiasis u oxiuriasis:
infestan la parte final del intestino, causando comezón anal.
Teniasis:
Llega a medir hasta 12 metros (el más grande que existe), se aloja en el intestino, cuando las larvas se fijan en el cerebro forman quistes o cisticercos (Neurocisticercosis), pudiendo provocar epilepsia incluso en quienes nunca la han padecido, pueden alojarse también en ojos y músculos. Están asociados al consumo de carne de cerdo mal cocinada.
Ejemplos de protozoarios son:
Amebiasis:
Se aloja en intestino grueso y provoca diarrea. En casos graves, se acompaña de sangrado.
Giardiasis:
Ocurre en el intestino delgado, ahí se juntan y cubren toda la pared del intestino, impidiendo la adecuada absorción de los alimentos. Provoca diarrea, pérdida de peso y anemia.
El tratamiento es personalizado, depende de la edad y del tipo de parasitosis intestinal. En algunos casos reposición de vitaminas por medio de suplementos. Es recomendable que toda la familia se ponga en tratamiento, por la alta probabilidad de contagio, 2 veces por año al menos.
Prevención: medidas de higiene personal lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño; lavar bien frutas y verduras, con agua filtrada o hervida o desinfectarlas; evitar alimentos crudos, ahumados o mal cocidos; protege los alimentos de los insectos; mantener animales domésticos vacunados y desparasitados, recoger y disponer adecuadamente sus heces; no andar descalzo en donde tengan acceso los animales.