11 Dic Pinos naturales, una opción mas ecológica.
A primera vista, los árboles de Navidad artificiales pueden parecer más cómodos y beneficiosos para el medio ambiente, pero su coste medioambiental —que se mide en emisiones de gases de efecto invernadero y el espacio que ocupan en vertederos— supera con creces sus beneficios, según los conservacionistas que instan a los consumidores a quedarse con la opción natural estas fiestas.
Los árboles artificiales se fabrican a partir de un tipo de plástico denominado policloruro de vinilo (PVC), un derivado del petróleo que puede contener plomo y otras sustancias tóxicas.
Además, según el Departamento de Comercio estadounidense, en torno al 80% de los árboles falsos se fabrica en China, donde la mayor parte de la electricidad se genera a partir de la quema de carbón, una de las fuentes de combustible más contaminantes.
Después de fabricarlos, los árboles se envían a su destino, normalmente en barcos con motores diesel, lo que genera todavía más emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
Y aunque un árbol artificial puede reutilizarse, tiene una esperanza de vida corta: «La familia media mantiene el mismo árbol artificial durante cinco o seis años y después acaba en un vertedero y sencillamente se queda ahí, porque no se biodegrada»
Por otra parte, los árboles de verdad son completamente reciclables, cada vez más empresas y organizaciones se dedican al cultivo, la venta y el reciclaje de este tipo de árboles, evitando de este modo la tala indiscriminada.